Manifiesto liberal
Hace no mucho, cuando todavía no tenía claro las definiciones de las ideologías políticas/económicas ni en qué consistían, creía que, supongo que como muchos, que la izquierda trataba de ayudar a los pobres y que la derecha favorecía a los ricos. No quiero decir que antes fuese izquierdista, me refiero antes de identificarme con una ideología creía así. También creía que el Capitalismo era muy malo, que por su culpa cada vez habían menos personas muy ricas, y cada vez más pobres, más pobres aún. Creía que la pobreza de África se debía, de alguna manera u otra, al Capitalismo.
Sin embargo, afortunadamente, me encontré por internet, con páginas web como Liberalismo.org. A partir de aquí fui leyendo todos los artículos y las bitácoras, que a la vez enlazaban con otras páginas liberales y fui teniendo una idea más clara de cómo funcionaba el mundo. Más claro lo tuve cuando decidí comprarme el libro de Johan Norberg: “In Defence of Global Capitalism” (altamente recomdendable, de momento no lo hay en español) y me dejó asombrado de cómo andaba el mundo en realidad. Con decenas de estudios y análisis incluídos en el libro me di cuenta, por ejemplo, que la falacia esa de que “los ricos son cada día menos numerosos pero mas ricos, y los pobres cada vez mas numerosos y mucho mas pobres” no tenía ni pies ni cabeza. Si no vean este gráfico, porque de hecho, en los últimos 20 años han salido de la pobreza 400 millones de personas y eso que desde 1960 la población se ha doblado.
Y que se haya visto la pobreza reducida no es precisamente gracias al socialismo, este mapa muestra que los países con economías más liberales son los más ricos, o esta gráfica muestra la correlación entre libertad económica y prosperidad económica.
Estos datos son innegables, por mucha propaganda antiglobalización que se haga; porque la globalización reduce la pobreza (ver este artículo de Johan Norberg también) y son precisamente las ideologías intervencionistas de políticos y gobernantes de Europa y EEUU que mediante políticas proteccionistas condenan a los países del Tercer Mundo a la pobreza.
Creo en La propiedad privada, en la defensa del sistema de libre competencia en la libertad de comercio mediante la abolición del proteccionismo internacional (aranceles y subvenciones), en la libre circulación de personas, capitales y bienes, en la libertad de expresión (últimamente se ve en peligro), en el Estado de Derecho, en la limitación del poder del Gobierno, incluyendo la limitación de mandatos, en el control del gasto público, etc...
Creo en todo ello, porque esto garantiza la prosperidad económica y al final es el libre mercado el que reparte más y mejor.
Sin embargo, afortunadamente, me encontré por internet, con páginas web como Liberalismo.org. A partir de aquí fui leyendo todos los artículos y las bitácoras, que a la vez enlazaban con otras páginas liberales y fui teniendo una idea más clara de cómo funcionaba el mundo. Más claro lo tuve cuando decidí comprarme el libro de Johan Norberg: “In Defence of Global Capitalism” (altamente recomdendable, de momento no lo hay en español) y me dejó asombrado de cómo andaba el mundo en realidad. Con decenas de estudios y análisis incluídos en el libro me di cuenta, por ejemplo, que la falacia esa de que “los ricos son cada día menos numerosos pero mas ricos, y los pobres cada vez mas numerosos y mucho mas pobres” no tenía ni pies ni cabeza. Si no vean este gráfico, porque de hecho, en los últimos 20 años han salido de la pobreza 400 millones de personas y eso que desde 1960 la población se ha doblado.
Y que se haya visto la pobreza reducida no es precisamente gracias al socialismo, este mapa muestra que los países con economías más liberales son los más ricos, o esta gráfica muestra la correlación entre libertad económica y prosperidad económica.
Estos datos son innegables, por mucha propaganda antiglobalización que se haga; porque la globalización reduce la pobreza (ver este artículo de Johan Norberg también) y son precisamente las ideologías intervencionistas de políticos y gobernantes de Europa y EEUU que mediante políticas proteccionistas condenan a los países del Tercer Mundo a la pobreza.
Creo en La propiedad privada, en la defensa del sistema de libre competencia en la libertad de comercio mediante la abolición del proteccionismo internacional (aranceles y subvenciones), en la libre circulación de personas, capitales y bienes, en la libertad de expresión (últimamente se ve en peligro), en el Estado de Derecho, en la limitación del poder del Gobierno, incluyendo la limitación de mandatos, en el control del gasto público, etc...
Creo en todo ello, porque esto garantiza la prosperidad económica y al final es el libre mercado el que reparte más y mejor.
2 Comments:
Por descontado que las políticas proteccionistas condenan al tercermundismo a los pobres. Y diré más: aunque suene, en principio, a cruel... no es de recibo que perdonemos a los países endeudados su deuda externa.Ha crecido, y han sido incapaces de afrontarla... porque tienen unas FF.AA. escandalosamente desproporcionadas respecto a su riqueza, y más que nada, a su población. Y lo peor: su único fín es perpetuar a su clase dirigente en el poder, ya que están previstas para reprimir a la población civil. ESO es lo que ha disparado su deuda externa, hasta hacerla inasumible. En la medida que se la condonen, les estaremos siguiendo el juego a sus "dueños".
Para terminar, Leeuw... las políticas liberales son las que más incentivan la realización personal. Quien más vale, más prospera. Es muy triste, pero los izquierdismos, van justamente por lo contrario. No hay necesidad de crear ni prosperar... porque PAPÁ-ESTADO cuida de nosotros.
Muchos saludos.
Desde luego, rabbateur, hemos dado como 4 Planes Marshal a los países africanos y ahí siguen con sus guerras y su miseria. Lo que me jode, es que los ciudadanos de esos países no son los culpables de que sus líderes se gasten las ayudas en tanques y armas. Más que perdonar la deuda, deberíamos ayudarles en el comercio, así el dinero iría a parar a los ciudadanos y no a esos regímenes corruptos y totalitarios.
Buena exposición, y desde luego que, sin personas y empresas eficientes, PAPÁ ESTADO no podría cuidar de los vagos, cuando se den cuenta de eso, igual cambian
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