Cómo se produjo el escándalo " Petróleo por alimentos " y por qué sucedió.
El sábado pude leer por Franco Alemán un impresionante resumen de Stephen F. Hayes en The Weekly Standart sobre el fraude "Petróleo por Alimentos". Resumen largo, pero que es un escándalo sin precedentes y el cual no es objetivo de toda la atención que merecería por parte de los medios de comunicación. Un compañero del foro de Grupo Risa, Nospam, se ha animado a traducirlo:
Los colaboradores en los negocios de Saddam
30.05.05
Cómo se produjo el escándalo " Petróleo por alimentos " y por qué sucedió.
Stephen F. Hayes
Volumen 010, asunto 35
Cuando el Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan sugirió hace varios años que podía "hacer negocios" con Saddam Hussein lo decía de forma figurada. A la luz de las graves acusaciones derivadas del cada vez mayor escándalo del programa Petróleo por alimentos, las palabras anteriores se revelan cuando menos irónicas.
"Creo que tendríamos que atraparlo literalmente", dice el Senador republicano Norm Coleman, que dirige uno de las ocho investigaciones sobre la corrupción y los desvíos de fondos del mayor esfuerzo humanitario de la ONU.
La línea directriz del escándalo es simple: Saddam Hussein utilizó el programa Petróleo por Alimentos para eludir las sanciones de la ONU que le fueron impuestas tras la Guerra del Golfo y enriquecerse el personalmente y sus aliados. Realizó esto sobornando a periodistas relevantes y exigiendo comisiones a los seleccionados para la venta del petróleo Iraquí. Que hubiese sido capaz de lograr esto indica cuando menos una pésima gestión del programa iniciado en diciembre de 1996. Nada de esto resulta especialmente impactante. Nadie se sorprende de que Saddam Hussein estafe, de que los políticos cobren sobornos ni de que el nivel de competencia de la burocracia de la ONU no sea precisamente óptimo.
En cualquier caso los detalles del escándalo " petróleo por alimentos " y de quienes participaron y de lo que aparentemente hicieron si son para quedar con la boca abierta. El jefe del equipo de Vladimir Putin, Alexander Voloshin, parece haber aceptado millones de dólares empapados en petróleo en concepto de sobornos de Saddam Hussein. Lo mismo parece suceder con el antiguo Ministro de Interior de Francia, Charles Pasqua, gran amigo del Presidente francés Jacques Chirac. E igualmente también con tres altos ejecutivos de la ONU, incluyendo a Benon Sevan, seleccionado "digitalmente" por Kofi Annan para administrar el programa " Petróleo por alimentos ". El dinero de ese programa incluso terminó encauzándose hacia organizaciones terroristas apoyadas por el régimen irakí, y según los investigadores de la ONU podría continuar financiando todavía hoy a la insurgencia.
A lo largo de siete años, mediante las transacciones que nunca deberían haberse realizado, compromisos que nunca debieron formalizarse y concesiones que nunca debieron adjudicarse, el programa Petróleo por alimentos fortaleció a Saddam Hussein. Lo que conocemos de todo esto tan solo es una fracción de lo que permanece oculto. Pero incluso esta limitada percepción podría significar el final del mandato de Kofi Annan como Secretario General. La triste historia de la incompetencia de la ONU en Irak y más concretamente en el programa Petróleo por alimentos es suficiente para comprender por qué George W. Bush seleccionó a John Bolton antes que, por ejemplo, John Rocker para impulsar una reforma en la institución mundial..
Entre los muchos aspectos pintorescos del escándalo del programa Petróleo por Alimentos de la ONU aparece su premisa: Si nosotros, la comunidad internacional, permitimos a Saddam Hussein hacer dinero con el petróleo, terminamos con el sufrimiento del pueblo irakí incluso manteniendo las sanciones de la ONU.
Saddam Hussein alegaba que los irakíes se morían por que las sanciones le privaban del dinero para salvarlos. Y mientras hay pocas dudas de que las sanciones dejaron a los irakíes más pobres de lo que ya eran antes de la guerra del Golfo -Los ingresos anuales cayeron a un tercio de lo que habían sido en 1990- aparece menos claro que Saddam Hussein terminase en la misma indigencia.
"Los beneficios de la familia de Saddam proceden de transacciones clandestinas de petróleo y predominio en el mercado negro en el que terminaban muchas de las medicinas donadas y alimentos" dijo el entonces Director de la CIA John Deutch ante un comité de inteligencia el 25 de septiembre de 1996. "Los fondos del Gobierno irakí se utilizaron para sostener el lujo. Bagdad, por ejemplo, comenzó a construir 48 nuevos palacios y residencias VIP durante los pasados 8 años, incrementando el número de residencias de Saddam Hussein hasta al menos 78."
Los irakíes se morían por que Saddam Hussein los mataba. Los mataba de forma activa, dijo Deutch, ejecutando a sus oponentes políticos y desecando los humedales del centro de Irak que eran el sustento de centenares de miles de Shiitas. Y los mataba pasivamente rehusando la colaboración con los inspectores de la ONU y robando alimentos y medicinas destinados a aliviar su sufrimiento.
Nada de esto incumbía a Francia y Rusia, que lideraban el respaldo a Hussein en el Consejo de Seguridad. Desde virtualmente el principio, persiguieron la eliminación de las sanciones para poder proseguir con sus negocios con el Gobierno irakí previos a la Guerra del Golfo. Pero Hussein convirtió en difíciles sus argumentaciones. Los primeros cinco años posteriores al alto el fuego de 1991 violó contínuamente los términos de este. No rindió cuentas de las armas de destrucción masiva almacenadas. No cooperó plenamente con los inspectores de armamento de la ONU. Realizó contrabando de petróleo para la venta en el mercado negro. Intentó asesinar al Presidente George W. Bush. Acumuló tropas en la frontera de Kuwait amenazando con un nuevo ataque. Y envió a 40.000 soldados irakíes para atacar a los kurdos en el Norte de Irak.
Los Estados Unidos y el Reino Unido, los principales oponentes de Saddam Hussein en el Consejo de Seguridad, querían mantener las sanciones. Pero a mediados de los años 90 comenzó a parecer claro que Hussein estaba ganando la batalla de las relaciones públicas. Gran parte del mundo responsabilizaba a los americanos y británicos por el sufrimiento de los irakíes.
La administración Clinton buscó un compromiso.
En abril de 1995 los inspectores de la ONU buscaron en Irak las armas prohibidas que Saddam tenía que haber destruido, el Consejo de Seguridad desanimadamente aprobó una resolución que podría permitir a Irak 2000 millones de dólares de beneficios procedentes del petróleo cada seis meses. El acuerdo podría ser renovado después de rigurosas inspecciones del Consejo de Seguridad para comprobar que Saddam no estaba incumpliendo. El dinero terminaría en una cuenta bajo la supervisión de la ONU. Una parte sería para compensar a las víctimas kuwaitíes de la Guerra del Golfo. Otra parte iría a compensar los costes de las inspecciones de armas de la ONU. La mayor parte iría, naturalmente, a aliviar la situación del pueblo irakí bajo las sanciones de la ONU. De los 2.000 millones de dólares Irak podría obtener 1.300 millones de dólares para alimentos, medicinas y ayuda humanitaria. El dinero sería distribuido desde la cuenta a los vendedores, otra vez con significativas ganancias para Saddam Hussein.
Irak rechazó la propuesta como una violación de su soberanía, igual que anteriormente. La verdadera razón era menos elevada: Hussein necesitaba que los iraquíes continuaran muriendo. Interpretó correctamente como debilidad el poco entusiasmo de los EEUU y otros del Consejo de Seguridad en relajar las sanciones a su régimen. Hussein "entendió que si el ejercía la opción de exportar petróleo bajo la condición de que solo fuera a cambio de ayuda humanitaria, podría reducir la presión del Consejo (de Seguridad) para eliminar las sanciones en su totalidad", explicó Charles Duelfer, consejero de la CIA respecto a las ADM de Irak, ante el Senado. Boutros Boutros-Ghali, que ejercía de Secretario General por aquel tiempo, obvió la ausencia de cooperación con los inspectores de la ONU y prometió a Hussein que la nueva propuesta podría ser "un primer paso hacia la total eliminación de las sanciones contra Irak".
Cuando el yerno de Saddam Hussein, Hussein Kamel, desertó a Jordania el 8 de agosto de 1995, terminó para Saddam cualquier esperanza puesta en la completa eliminación de las sanciones. Kamel, el sobrino de Ali Hassan al-Majid, más conocido como "Chemical Ali" o "Alí el Químico" era un alto oficial del régimen con responsabilidades en los programas de armas de destrucción masiva. Reveló los elaborados planes que Saddam había puesto en marcha para ocultar esos programas a los inspectores de la ONU. El régimen irakí, desconociendo que Kamel había revelado esto a los funcionarios de la ONU, fue forzado a admitir un mucho más grande nivel de producción y sofisticación de la que se tenían noticias. Los franceses y los rusos, que habían ofrecido elogios a la alegada cooperación del régimen fueron silenciados. El camino hacia el fin de las sanciones había terminado.
Cinco meses más tarde, en diciembre de 1995, una agencia de la ONU denominada Food and Agriculture Organization emitió un estudio que estimaba que 567,000 niños habían muerto como resultado de las sanciones. Los autores observaron que aparecía una contradicción entre la determinación de las agencias humanitarias de la ONU por aliviar el sufrimiento y los esfuerzos del Consejo de Seguridad para reforzar las sanciones. El embargo, concluían, amenazaba con socavar "moral, financiera y políticamente la posición de la comunidad internacional."
Otro estudio de UNICEF dijo que 4.500 niños irakíes morían cada mes de enfermedades y desnutrición, y un tercer estudio de la ONU, este del World Food Program, determinó que aproximadamente 180.000 niños irakíes de menos de cinco años sufrían desnutrición. La presión había retornado.
Los detalles de un programa supervisado por la ONU permitiendo a Hussein vender más petróleo con el fin de proveer mejor a la población se debatieron durante otro año, con los negociadores de la ONU, animados por Francia y Rusia, accediendo a muchas demandas de Hussein. Una de las concesiones, con poca repercusión en aquel momento, fue la ´provisión que permitía a Hussein escoger a quien compraba y vendía su petróleo, pendiente de la aprobación de la ONU. El 19 de diciembre de 1996 el asunto comenzaba.
"Esto es una victoria para los más pobres de los pobres de Irak, para las mujeres, los niños, los enfermos y los discapacitados," dijo un muy complacido Boutros Boutros-Ghali. El líder de la ONU no era el único que estaba feliz. Un triunfal Saddam Hussein viajó a la petrolífera zona de Kirkuk a fotografiarse, sonriendo ampliamente mientras abría testimonialmente un grifo. Irak estableció una celebración nacional para señalar la ocasión.
Interrogado por un periodista sobre la posibilidad de que Hussein manipulase o contraviniese las restricciones, el antiguo embajador americano ante las Naciones Unidas Edward Gnehm se mostró dubitativo. "Diseñamos nuestra resolución para un tramposo," explicó. "Le conocemos. Le conocemos bien"
Revisando esa matización ahora -"Diseñamos nuestra resolución para un tramposo"- Gnehm se muestra positivamente profético.
Cualesquiera que fuesen las intenciones de sus planificadores, el programa Petróleo por alimentos funcionaba de la forma siguiente: Irak designaba a ciertos individuos o entidades como potenciales compradores del petróleo irakí. Esto les otorgaba "cuotas" o "vales" (no previstos en el programa diseñado por la ONU), los cuales podían emplear para comprar el petróleo ellos mismos o bien revenderlos a terceras partes. Como consecuencia de que el régimen limitó drásticamente el número de depositarios de las cuotas, esos depositarios eran capaces de revender el petróleo después de cargarle una tasa (de usualmente entre 3 y 30 céntimos el barril). Las ventas fueron normalmente de un mínimo de un millón de barriles, así que los beneficios procedentes de esas tasas fueron significantes.
Comenzando en 1998, Hussein comenzó a transferir sus cuotas desde las compañías petrolíferas hacia políticos, periodistas y grupos terroristas. Mark Greenblatt, investigador de la Subcomisión Permanente del Senado, lo describía de esta forma: "Su plan era simple. Mientras concedía cuotas para los compradores tradicionales de petróleo, concedía cuotas a funcionarios extranjeros, periodistas e incluso organizaciones terroristas, que cedieron esas concesiones a las compañías petrolíferas a cambio de una considerable comisión. Haciendo eso, Saddam podía entregar a un funcionario extranjero o a un periodista cientos de miles de dólares sin darle un centavo.
Los funcionarios del régimen irakí de los más altos niveles -incluyendo al Vice Presidente Taha Yasin Ramadan, antiguo Primer Ministro Tariq Aziz y el Ministro del Petróleo Amir Muhammad Rashid- eligieron a los depositarios.
La ONU no vio nada de esto hasta que las compañías petrolíferas tradicionales contrataron con la Organización Petrolífera estatal irakí, conocida como SOMO. (Una notable excepción de esto fue Benon Sevan, que sabía algo acerca de las cuotas ilegales por que el personalmente estaba recibiendo una, más adelante se profundiza en ese tema). Los irakíes, naturalmente, registraron escrupulosamente cada paso en su plan de sobornos.
El 1 de septiembre del 2000, dirigida por Saddam Hussein, SOMO comenzó a demandar una "sobretasa" de cada comprador de petróleo irakí. Según la investigación de Coleman-Levin, esa sobretasa oscilaba en torno a 10 y 30 centavos por barril y era pagada directamente al régimen irakí, a veces a través de otra parte, la cual a su vez, naturalmente, recortaba algo también. El sistema funcionó durante dos años hasta que EEUU y UK insistieron en finalizarlo. Para ese momento, naturalmente, Hussein había obtenido beneficios de 230 millones de dólares fuera de los procedimientos de la ONU, en uno de los varios mecanismos ilegales que estableció para enriquecerse.
Aproximadamente por aquel entonces, según el informe Duelfer, el régimen irakí incrementó exponencialmente sus gastos en la Comisión Industrial Militar -desde 7,8 millones de dólares en 1998 hasta 500 millones de dólares en 2003.
Es cierto que gran parte de la financiación ilegal del régimen irakí durante el periodo del programa Petróleo por Alimentos procedió de contrabando ordinario de petróleo ajeno a la ONU. Pero los procedimientos que ayudaron a la producción legal del petróleo también ayudaron al comercio ilegal. El informe Duelfer estima que los beneficios por contrabando de petróleo entre 1996 y 2003 fueron el triple que durante los cinco años previos.
En una comparecencia en el Senado el pasado jueves, los investigadores del comité Coleman-Levin destacaron los sobornos que el régimen irakí pagó a funcionarios extranjeros de UK, Rusia y Francia. El dramático testimonio del miembro del Parlamento Británico George Galloway, que de forma poco convincente negó conocer nada de transacciones de petróleo irakí, ocupó los titulares. Pero Galloway es un bien conocido apologista de Saddam Hussein, y un propagandista del régimen al que fue algo inefectivo.
Otros dos personajes bajo investigación del comité Coleman-Levin, naturalmente, fueron los importantes consejeros de los que lideraban a los que se oponían a la guerra de Irak - Jacques Chirac y Vladimir Putin.
Un informe de Coleman-Levin concierne al antiguo Ministro francés de Interior Charles Pasqua, que es descrito como un "antiguo amigo y aliado político" de Chirac. El informe dice que Pasqua "fue un partidario de restaurar las relaciones económicas con el régimen de Hussein" como Ministro del Interior y le acusa de haber recibido cuotas por valor de 11 millones de barriles de petróleo irakí. Pasqua ha negado cualquier implicación.
Un segundo informe se focaliza en las cuotas al Consejo Presidencial Ruso. "Rusia encabeza la lista de las naciones de las que el régimen de Hussein requería apoyo en el Consejo de Seguridad. Como resultado, el régimen de Hussein cedió cuotas a personajes rusos, partidos políticos y otros para mantener una buena relación con Irak y por su apoyo al levantamiento de sanciones.
...La cantidad de cuotas entregadas a particulares rusos y partidos políticos fue sustancial, totalizando aproximadamente el 30% de todo el petróleo colocado durante la vigencia del programa".
Muchas de esas cuotas fueron a terminar en el Partido de la Unidad, el antecesor del Partido Unificado de Rusia, que cuenta actualmente con un 37% de representación en la Duma rusa. El informe lo describe como un "partido pro-Kremlin asociado con el presidente ruso Vladimir Putin." En una entrevista en la prisión el pasado mes con investigadores del Senado, Tariq Aziz dijo que el partido de la Unidad fue elegido para entregarle las cuotas "por que Rusia estaba tomando posiciones en el Consejo de Seguridad favorables a Irak."
Alexander Voloshin encabezaba el Consejo Presidencial Ruso, y desde 2003 el más alto consejero del Presidente ruso Vladimir Putin. Ha sido llamado el Karl Rove ruso por su relación con Putin, y según el informe Coleman-Levin "hay pocas dudas acerca de la magnitud de la influencia de Mr. Voloshin en el gobierno ruso durante el programa Petróleo por Alimentos. Al final, el Consejo Presidencial Ruso se alega que ha recibido cuotas por valor de 90 millones de barriles de petróleo irakí. Otro bien conocido pero menos influyente político ruso, el ultra naZionalista Vladimir Zhirinovsky, también recibió cuotas durante el programa, concretamente por más de 70 millones de barriles.
El informe Coleman Levin basa sus conclusiones en una amplia variedad de evidencias incluyendo documentos del Ministerio Irakí del Petróleo y de la Organización Estatal de comercialización del petróleo que registraba detalladamente las transacciones. Los investigadores también dirigieron docenas de entrevistas con antiguos funcionarios irakíes, incluyendo a Aziz y Ramadan, que respaldaron e incluso en casos aumentaron la documentación.
A principios de junio, el comité Coleman Levin hizo accesible un informe similar relativo a la financiación por parte del régimen irakí de varias organizaciones terroristas. Son un caso de estudio las cuotas concedidas al Mujahedin e-Khalq (MEK), un grupo terrorista fundado por Hussein para conducir operaciones contra Iran. Michael Scheuer, antiguo jefe de la unidad de la CIA de Osama ben Laden y autor de "Imperial Hubris", describe parte del trabajo que el MEK realizó para Hussein en su libro de 2002, Through Our Enemies' Eyes. Osama bin Laden podría haber entrenado a varios combatientes en Irak en campos dirigidos por las fuerzas anti-iraníes,
los Mujahedin e-Khalq (MEK), escribe Scheuer. El primer grupo de combatientes de ben Laden se informa de que fue enviado a los campos del MEK en junio de 1998; el MEK también suministró apoyo técnico y entrenamiento militar para las fuerzas de los talibanes, y dirigió la propaganda de los talibanes contra Iran.
Que la ONU careciese de pistas de todo esto ya es lo suficientemente malo. Pero lo que resulta peor todavía es que varios funcionarios de alto rango de la propia ONU parecen estar involucrados en la ilegalidad. Documentos relativos a la causa de Samir Vincent, el primer americano en ser encausado por el escándalo Petróleo por Alimentos, se refieren a reuniones de Vincent con funcionarios de la ONU. Vincent estuvo actuando como un funcionario del Gobierno de Irak cuando "el y otros individuos, incluyendo funcionarios de la ONU, se reunieron en Manhattan en un esfuerzo para asegurar términos favorables para el Gobierno de Irak en conexión con la adopción e implementación de la resolución 986" -la resolución que creó el programa Petróleo por Alimentos. Vincent está ahora cooperando con los fiscales.
El último mes, una demanda criminal contra el Sur Coreano Tongsun Park, que también actuó en nombre de Hussein, menciona a dos funcionarios de la ONU, el "número 1" y el "número 2" como destinatarios de sobornos por parte del anterior régimen irakí. Los dos funcionarios permanecen anónimos. Muchos artículos han afirmado que Park es un viejo amigo del anterior Secretario General de la ONU Boutros Boutros-Ghali y un asociado comercial de Maurice Strong, consejero de Kofi Annan que actualmente es el enviado a las conversaciones en Corea del Norte. Ambos han negado cualquier actuación incorrecta.
También está Kojo Annan, el hijo de Kofi Annan. El joven Annan fue consultado por la firma suiza Cotecna que estaba intentando obtener un contrato para monitorizar el programa Petróleo por Alimentos. Cotecna obtuvo el contrato el 31 de diciembre de 1998, el mismo día que terminaron las consultas con Kojo Annan. Cotecna siguió pagando a Kojo aproximadamente 2.500$ al mes como parte de una cláusula "no finalizada". Los pagos prosiguieron hasta febrero de 2004. Ambos Annan y Cotecna afirman que el trabajo de Kojo no tiene nada que ver con el programa Petróleo por Alimentos.
No puede decirse eso de Benon Sevan, en tanto que fue "digitalmente" seleccionado por Kofi Annan para dirigir el programa. Según un informe interno de la propia ONU Sevan "repetidamente solicitó" cuotas de petróleo por un total de 1 millón de dólares para una compañía denominada African Middle East Petroleum. Paul Volcker, director de la investigación de la ONU dijo que "el Gobierno irakí concediendo esas cuotas ciertamente entendió que estaba comprando influencia."
Volcker añade: "Mr Sevan se ubicó a si mismo en una grave situación de conflicto de intereses que viola explícitamente las reglas de la ONU y los estándares de integridad esenciales para un funcionario internacional de alto nivel."
Visité a Norm Coleman en su oficina del Senado el pasado miércoles. Se expresó en términos medidos acerca de Benon Sevan. "El primer informe de Volcker concluye que se trata de un conflicto de intereses. Sevan mintió a los investigadores. Mintió acerca de su relación con el beneficiario último de los contratos del petróleo". Tenemos documentación referente a que Sevan actuó de lobby para que ese tipo obtuviese el petróleo para su compañía. Es la probable causa de que se haya cometido un crimen. ¿Y esto es caracterizado como un conflicto de intereses?
Coleman hace un recorrido por la lista de agravios hasta la última interrogación, cuando establece pausas entre cada palabra. ¿Conflicto... de... intereses? Agita la cabeza como que no lo cree y prosigue.
"Esto no es un conflicto de intereses. Sevan podría estar disponible - podría tener inmunidad. La ONU le estuvo pagando sus honorarios legales. ¡Con el dinero del programa Petróleo por Alimentos! ¡Aquí hay un sujeto que ha mentido a los investigadores - probable causa de la comisión de un crimen- y Kofi le está pagando su sueldo hasta que termine esto!
En semanas recientes, el propio comité Volcker ha estado bajo el escrutinio después de que dos de sus altos investigadores, el antiguo agente del FBI Robert Parton y su adjunto, Miranda Duncan dejasen la investigación. El comité Volcker originalmente explicó que su salida obedecía simplemente a que habían concluido su trabajo. Poco después el comité citó motivos personales. Eventualmente, surgió la verdad. Ambos, Parton y Duncan creían que el informe del comité Volcker sobre Kofi y Kojo Annan estaba obviando al Secretario General. Posteriormente Parton ha acusado al comité Volcker de haber violado un acuerdo de confidencialidad establecido con un testigo, y que ese mismo testigo ha acusado a los Annan de haber forzado su testimonio.
¿Hay alguien que sepa si Coleman quiere investigar si Kofi Annan estuvo -literalmente- haciendo negocios con Saddam Hussein?
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